Existen varios sistemas simbólicos para abordar los impulsos de la vida, pero quizá uno de los más atrayentes, misteriosos y estimulantes sea el de los 64 hexagramas del I Ching, un milenario sistema de conocimiento que antiguos orientales y taoístas usaban para comprender la energía, la trasmutación y el movimiento de la naturaleza.

Basados en los mismos principios del Yin y Yang,  el libro del  I Ching, aporta imágenes y símbolos, expresados en dos líneas básicas: una Yang  que habla de acción y movilidad dilatada y sostenida, y otra  Yin que habla de estructuración, flexibilidad y apertura. Con dichas líneas se forman 8 símbolos de tres líneas cada uno, conocidos como Trigramas, y de sus recombinaciones resultan los 64  símbolos – hexagramas, mismos que pueden entrañar una posibilidad de cambio o estabilidad.

Hay poderosas razones para sospechar que se trata de un originario sistema binario que almacena los códigos sutiles de la energía. A su vez, esta información contenida en los kuas y los hexagramas puede concebirse como una puerta hacia la energía ancestral y la conciencia acrecentada.

CÓMO OBTENER UN HEXAGRAMA

Los hexagramas son el vínculo entre una demanda que hacemos al universo de los símbolos y una repuesta que emerge de este mar oscuro de la conciencia. Para construir el hexagrama, independientemente del método, deben crearse seis líneas. Pero antes de construir el símbolo hay que reflexionar bien sobre la situación en la que estamos involucrados y no hallamos salida, o cuando necesitamos claridad para acabar de definir las pautas de acción.

En un principio, las líneas del hexagrama hablan de la actitud que se debe asumir ante un obstáculo, para salir del estancamiento, o para obtener claridad: emprender una acción, ser dinámicos, impulsar el propio criterio o ser flexibles, detenerse y adaptarse a los cambios. Ambos principios van cambiando sus posiciones con el tiempo; estos movimientos pueden ser lentos o estables, o rápidos e inestables.

Las secuencias en las que aparecen los 64 hexagramas se asemejan a notas musicales que componen enigmáticas melodías: cada símbolo es una fuerza primaria, en su conjunto constituyen los movimientos básicos de la interacción entre las fuerzas; y las secuencias de los símbolos, paisajes de energía que pueden emanar de la tensión y el encuentro de la fuerza de aquellas imágenes primarias.

 

LA REVELACIÓN

Es importante activar un permanente estado de alerta y de atención, de no hacerlo la energía se desplazará frente a nosotros en sucesos que no apreciaremos con todo el significado que entrañan, y perderemos la oportunidad de atravesar un umbral de energía y ver la vida a los ojos de los símbolos y las imágenes arcaicas. El pensamiento lógico no está invitado a esta aventura.

Se trata de permitir que las imágenes lleguen y se desplieguen por vuestro espacio interior. Se presentan como un viento envolvente que va ganando intensidad, hasta que ha desplegado sus recuerdos en los latidos del corazón, en la misma respiración y en los movimientos internos; hasta que cada fibra de nuestro ser es parte ya del movimiento de la imagen o el símbolo.

Lleva un tiempo acercarse a las imágenes, pero finalmente se despliega un mapa simbólico que sirve para integrar estas experiencias, y también, para traerlas al mundo cotidiano. No precisáis siquiera que nadie os muestre el mapa ni os pase información: el banco de datos simbólico es patrimonio de la vida y cualquiera que lo intente accederá a él, y comprenderá sin más, así, todo de golpe.

Una manera muy práctica de acercarse al poder y energía de los trigramas y hexagramas del I Ching es a través de su uso en puntos energéticos del cuerpo: Tattoos energéticos, para activar, impulsar y desbloquear energía.

En nuestro próximo curso I Ching Tattoos, vamos a usar los hexagramas del I Ching para tatuarlos temporalmente en el cuerpo y movilizar la energía personal para abordar un tema que te interese, ya sea para desbloquearte, dinamizar, o entenderlo mejor.  Es otra forma de abordar situaciones “con menos cabeza”, de una manera más natural, fluida o intuitiva y conectando con la naturaleza.

Más que un curso es una experiencia, estás invitad@.

 

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